LA SUSTANCIA UNIVERSAL

 

Trata de comprender, hijo mío, que en esta condición ascendida de vida, somos libres para usar la Substancia Pura Universal utilizándola con cualquier propósito que se nos antoje, y le damos la cualidad específica adecuada para lo que tengamos que hacer.

Si deseamos usar un material imperecedero, le imponemos esa cualidad a la Substancia Pura y Universal, y ella responde de acuerdo. Si nosotros deseamos que una forma se manifieste durante un tiempo definido, le damos esa orden a la sustancia y su calidad manifiesta lo que ordenamos. En unos momentos vamos a pasar por el agua y la radiación del material que te recubre aislará de tu cuerpo más sutil las actividades del elemento agua.

Trata de pensar respecto a este Poder que tienes dentro de ti. Invoca para tu uso el gran Océano de Substancia Universal, que puedes utilizar sin límites. Ésta obedece, sin excepción, la dirección de tu pensamiento, el cual le impone la calidad necesaria a la actividad que vas a desarrollar. La Substancia Universal es obediente a tu voluntad consciente, en todo momento. Constantemente está respondiendo al pensamiento y sentimiento humanos, así el individuo se dé cuenta de ello o no. No hay momento en que los seres humanos no estén imprimiéndole una y otra cualidad a esta Substancia; y es únicamente cuando el individuo se hace consciente de que puede manipular un océano sin límites de ella, que empieza a comprender las posibilidades de sus propios poderes creadores y las responsabilidades que asume, en el uso de su pensamiento y sentimiento.

La humanidad, a través de los siglos, ha calificado la Substancia Universal como algo deteriorable y limitado y así, los cuerpos que ella está usando hoy, están expresando esas características. La raza humana entera siente dentro de sí tempestades de odio, ira, venganza y diversos arranques emocionales, los cuales son impresos sobre los cuatro elementos de la Naturaleza; entonces ella se las devuelve al mundo bajo la forma de tempestades. La gente de la Tierra genera cataclismos de pensamientos y sentimientos bajo la forma de rencores de los unos contra los otros, contra las injusticias, contra los lugares y las cosas, inconscientemente o a sabiendas, proyectando hacia fuera sentimientos de venganza.

El Gran Océano de la Substancia universal, sobre el cual estas cualidades han sido impresas, las devuelve a su origen por medio de los cuatro elementos, bajo la forma de cataclismos de la Naturaleza. Estos no son sino la forma en que la Naturaleza se purifica, quitándose de encima la contaminación del pensamiento y el sentimiento humano discordantes, volviendo a su condición de Pureza Divina.

En todo momento, los individuos están recibiendo en su mente y cuerpo, la pura y perfecta Vida de Dios. Y en cada momento, también ellos le imprimen alguna cualidad a la Substancia Universal de Dios. Esta cualidad, que el ser humano genera, por supuesto, tiene que volverla a recibir en su mente y cuerpo, ya que todas las cosas en el Universo se mueven en círculo y en esta forma regresan a su punto de origen.

Los Ascendidos Maestros hemos aprendido, de acuerdo con la Ley del Círculo y la Ley del Uno, a imprimir sobre la Pura Substancia Universal, únicamente la cualidad que deseamos usar para el trabajo especial que tenemos en mano. Por ejemplo, si deseamos que una de nuestras manifestaciones dure cierto lapso de tiempo, le imponemos este tiempo, damos la orden y la substancia que compone esa manifestación responde acuerdo.

En el caso de los archivos que están en el Royal Tetón y otros ciertos retiros que hay en el mundo, es necesario que nuestro trabajo sea imperecedero, de manera que dure a través de los siglos. Nosotros les decretamos esa cualidad y ellos repiten exactamente nuestro Decreto, pues la Naturaleza jamás desobedece. Ella es una fiel copiadora de las cualidades que le dictamos. Ella obedece a los Maestros y también obedece al hombre común; pero hay cierta actividad en ella que la humanidad ignora o se niega a reconocer. Luego, por esta ignorancia y terquedad, la humanidad paga continuamente hasta que el ser personal aprende la verdad fundamental de la Ley del Uno - la Ley del Amor - la Ley de la Armonía - la Ley del Círculo - la Ley de Perfección.

Cuando la humanidad haya aprendido esa Verdad y obedezca sus Decretos eternos, las discordias de la Tierra y las actividades destructivas de los cuatro elementos cesarán.

Hay en la Naturaleza una fuerza autogeneradora y autopurificadora que rechaza todo lo que esté en desacuerdo con la Ley del Uno. Esta Fuerza o Energía es una actividad que emana del interior y es un poder que se expande. Si sobre la Substancia Universal Pura se impone la discordia, la energía electrónica es temporalmente estancada. Cuando la energía acumulada alcanza cierta presión, ocurre la expansión que hace explotar la discordia y la limitación, de esta manera, la Gran Vida del Uno, la Luminosa Esencia de la Creación, o sea Dios en acción, domina cualquier cosa que se le oponga y continúa su sendero de Supremo Gobernador del Universo. Los Ascendidos Maestros de la Luz conocen esto y se identifican con ese conocimiento.

La humanidad puede conocerlo también y puede también identificarse con él, si es que lo desea. Está enteramente dentro de las capacidades y posibilidades de todo individuo, ya que es el eterno principio innato de la vida autoconsciente. Todo ser humano es Vida autoconsciente. Este principio no tiene prioridades y todo el mundo puede expresarlo plenamente.

Dentro de la vida de cada ser humano existe el poder para expresar, tal como expresan los Ascendidos Maestros, a cada momento. Toda vida contiene voluntad, pero únicamente la vida autoconsciente determina libremente su propio curso de expresión. Luego, el individuo tiene elección libre para expresar en el cuerpo humano limitado o en el Cuerpo Divino. Él mismo es el que escoge su propio campo de expresión. Él es el Creador. Él ha escogido voluntariamente y ha elegido vivir como Vida Autoconsciente.

Cuando uno se individualiza en la vida, él escoge, por libre albedrío, convertirse en un foco de inteligencia consciente, intensificado e individual. Él es el Director consciente de sus actividades futuras. De esta manera, habiendo hecho su elección, él es el único que puede cumplir ese destino, el cual no es circunstancia inflexible sino un plan de perfección definidamente diseñado. Él elige el patrón que habrá de expresar en el Reino de la Forma y de la Acción. De manera que, hijo mío, un ser humano puede en cualquier momento resolver salir de sus cualidades humanas y sus limitaciones y entregar toda su vida y su energía a esa determinación y triunfará. Aquellos de nosotros que hemos ascendido el cuerpo, logramos esa Ascensión por el hecho de entregarle todo al Ser Divino Interior; por lo tanto, éste se expresa a través de nosotros en Su Perfección, y expresa el plan divino de nuestra vida.


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ACTUALIZADA
26-05-2002