LA VIDA

 

"Amados Hijos del Unico Dios, ¿acaso no sabéis que la vida que estáis usando es Vida de la Unica, Suprema Presencia, eternamente Pura, Santa y Perfecta? Si vosotros hacéis algo que afee la Belleza y Perfección de esa Única Vida, os separáis de los Dones de Dios. Vuestra Vida es la joya sagrada del Amor de vuestro Dios, la fuente de los secretos del Universo.

Vuestro Dios os confía la Luz de Su Corazón, Cuidadla, adoradla, dejad que se expanda siempre, a mayor Luz y a mayor Gloria. Vuestra Vida es la perla de gran precio. Vosotros sois guardianes de la riqueza de Dios. Vigiladla y no la uséis sino para Él. Debéis saber que habéis recibido la Luz de Vida por cuyo uso tendréis que rendir cuentas.

La Vida es un círculo continuo. El principio sobre el cual esta ciudad está construida. Si vosotros creáis aquello que es semejante a vuestra fuente y reconocéis su Amor y Paz dentro de vosotros; si usáis los Poderes de la Creación únicamente para bendecir, entonces, a medida que os mováis en el Círculo de vuestra existencia, conoceréis el gozo de la Vida y os será añadido mayor gozo. Si vosotros no hacéis creaciones puras como la de vuestro origen, vuestra maldad os será regresada en mayor cantidad. Sólo vosotros escogéis vuestro destino y sólo vosotros responderéis ante vuestro Dios por el uso que hayáis hecho de vuestra vida y de vuestro ser. Nadie puede escapar a esa Gran Ley. Mucho he proclamado esta Ley de Vida, que es "la Ley de Ti mismo". Vosotros sois una ley hacia vosotros mismos, porque siempre podéis regresar a vuestro Dios, si deseáis la Perfección de la Vida. No siempre vendré como ahora a mantener vuestros pies en el sendero de la Verdad, ni a recordaros vuestra eterna Luz, colocándola como en la altura de una montaña, para guiaros. En un día lejano hablare dentro del Corazón del Hombre, y si amáis la Vida, me hallareis habitando en muchos seres. Que esto no os confunda, hijos míos: si queréis conocerme a Mí, que soy la Luz, tendréis que buscarme, encontrarme y habiéndome encontrado, permanecer conmigo para siempre.

En ese día, Padre-Madre-Hijo, será Uno en el Corazón del Hombre. El Hijo es siempre la puerta, el sendero hacia Dios. En vuestra mente y en vuestro corazón está mi Luz siempre recondándoos, ya que en tiempos venideros, estaré presente únicamente en esa Luz.

Entonces seré Sabiduría en vuestras mentes para gobernar el Amor de vuestros corazones, para que estéis plenos de la Paz de la Vida Unica. Vuestro cuerpo es sólo el instrumento de vuestra alma y en esa alma debe entrar mi Luz o pereceréis.

Mi Luz en vuestra mente es el sendero al Corazón de la Luz Unica. Unicamente por mi Luz en vosotros podréis expandir la Luz en cada célula de vuestro ser, haciéndoos más y más grandes. En vuestra garganta está mi Luz, que es el Poder de hablar de mis palabras. A través de éstas, siempre ilumino, protejo y perfecciono a mis hijos. Las palabras que no cumplen esta triple misión no son mis palabras y sólo pueden traer desgracia cuando son pronunciadas.

Meditad sobre mi Luz en vuestras mentes y en vuestros corazones, y veréis en el centro de todas las cosas. Luego, aquello que no es mío, no podrá confundiros.

Hablo estas palabras ahora porque quedarán grabadas en la Tierra y en la memoria de sus hijos. En ese lejano día del cual hablo, uno de los Hijos de Dios recibirá éstas mis palabras y las lanzará para bendecir al mundo.

En aquel tiempo, cuando hayáis recibido plenamente mi presencia, y estéis permitiendo que ella siempre actúe en vuestras vidas y en vuestro mundo, os daréis cuenta de que las células del cuerpo que entonces ocupéis, se pondrán brillantes con mi Luz y os daréis cuenta de que podréis continuar entrando en ese eterno cuerpo de Luz, el Manto sin costura del Cristo. Y será entonces cuando quedareis libres de la rueda de las encarnaciones, habiendo viajado vuestro largo sendero a través de la experiencia humana. Y habiendo cumplido la Ley de Causas y Efectos trascenderéis todas las condiciones y os convertiréis en la Ley Todo Amor del Unico."


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ACTUALIZADA
26-05-2002