Las Enseñanzas de la Nueva Era siempre traen Buenas Nuevas, y hoy recuerdan que estamos en época de oportunidad (se está refiriendo al tiempo de Navidad, el mes de los Angeles y fin de año). Tal vez hay hermanos que han conocido estas enseñanzas no hace mucho tiempo, otros podemos haber olvidado hacer todas las cosas bien durante el año, otros a lo mejor no pusimos suficiente atención... He aquí la oportunidad a la mano!!!
Es en esta época que los Grandes Incineradores Cósmicos de Llama Violeta se activan en nombre de la Misericordia y la Compasión por los errores cometidos por la humanidad sin deseo de dañar a otra parte de vida en el transcurso del año finalizando. Que se quiere significar con esto?... Que si los hermanos no despiertos aun reciben esta asistencia, mucho mas podemos absorber cada uno de nosotros si conscientemente demandamos la Ley del Perdón por los errores cometidos, especialmente aquellos contra el Amor. Si estamos expectantes por comenzar un año con una mejor calidad de vida, es bueno recordar que el perdón ofrecido y demandado es una poderosa energía liberadora del peso en el corazón, ese peso que no nos permitió hasta ahora, ser mas buenos, mas comprensivos, tolerantes, amorosos, tener mas dulzura en los sentimientos, mas bondad de corazón.
Las bendiciones que este ejercicio realizado conscientemente puede traer a nuestras vidas, es digno de, al menos..."probar", terminar un año sin rencores, "sin memorias", sin resentimientos, sin que nos quede un abrazo por dar, una sonrisa por ofrecer, un buen deseo por generar.
El Perdón puede ser el paso hacia una curación, hacia una reconciliación, hacia una restauración familiar. Y no estamos solos, hay grandes seres del Fuego Violeta, Legiones de Ángeles de Misericordia y Compasión intensificando lo que libre y por propia decisión deseemos soltar, para desocupar ese espacio en nuestros sentimientos que pueda ser ocupado por el Amor.
Esto hablaría muy a nuestro favor cuando la Amada Junta Kármica discierna en cuanto a las respuestas que pueda otorgamos a cada demanda que en la Carta hayamos elevado. Demos para recibir, y comencemos por dar lo que el Padre nos da... PERDÓN Y AMOR.